Testimonio de Aren
Mamá de Rosanely y Nayra
Hola, mi nombre es Aren y tengo dos niñas pequeñas. Una se llama Rosanely, de 3 años de edad y otra, Nayra, de 2 años.
Vivimos en el Centro Materno Infantil Ave María desde hace dos años.
Cuando llegué a esta casa, donde no conocía a nadie y no sabía lo que me iba a encontrar, en mi cabeza solo resonaba la pregunta de porqué a mí, de porqué estas personas, que ni siquiera me conocían, habían decidido ayudarme.
La verdad que tanto para mis hijas como para mí, fue nuestra salvación, porque nuestra situación no era fácil y, a pesar de que en un principio yo me negué a venir, Chari insistió y siempre estuvo dispuesta a acogernos, cosa que agradezco de todo corazón.
Una vez que me encontré aquí, todo ese miedo que antes tenía, la incertidumbre de pensar qué sería de nosotras, desapareció. Me sentía tranquila, con esperanzas y con un lugar donde poder salir adelante junto con mis hijas.
En un principio me costaba mostrar mis sentimientos, abrirme a todas estas personas que querían ayudarme e, incluso, relacionarme con mis propias compañeras pero, según fue pasando el tiempo, he sido capaz de expresar cómo me siento, de confiar, dado que durante todo este tiempo, he podido ver todo el trabajo que esta casa hace por cada una de nosotras, todo el cariño y apoyo que nos brindan, haciéndonos sentir parte de esta gran familia.
A día de hoy, puedo decir que la decisión de venir aquí fue la más acertada, dado que gracias a esta casa, MI CASA, tanto mis hijas como yo, podemos tener una segunda oportunidad.
Desde el primer día nos han acogido como a una más de la familia, nos han hecho sentir parte de todo lo que hacen y mis hijas son muy felices.
Doy las gracias a Chari y a las educadoras por el apoyo y consejos que me dan, por el cariño que recibimos y por ayudarme a creer en mí misma, a ser capaz de confiar en ellas y expresar cómo me siento, sin miedo a ser juzgada.
Están siempre que las necesito dándome palabras de aliento, ayudándome a seguir adelante y a no rendirme.
Solo tengo palabras de agradecimiento para ellas, ya que gracias a todas ellas, tanto mis hijas como yo, somos muy felices y podemos mirar la vida con otros ojos.
Para nosotras son NUESTRA FAMILIA.
Muchas gracias por todo, os estaremos eternamente agradecidas.