Testimonio de Ana
Mamá de Mario
Hola, me llamo Ana y tengo un niño que se llama Mario de casi dos años.
Llegué al Centro Materno Infantil Ave María embarazada, desorientada y con un cúmulo de emociones nada enriquecedoras, ni para mí ni para las personas que tenía a mí alrededor.
En la casa, gracias al cariño y apoyo constante, me recordaron poco a poco todos aquellos valores que residían en mí pero que, en cierta medida, había perdido.
Me brindaron todo lo que necesitaba para seguir adelante y me ayudaron a ser mamá.
Dieron luz a esos días oscuros donde no veía salida.
Me transmitieron que hay que esforzarse, trabajar duro y ponerle ganas a todo lo que se hace para poder salir adelante.
Aprendí a confiar, a tener seguridad en mi misma y valorar todo el potencial que tenía dentro y que creía que no existía. Aprendí que sola podía hacer mucho más de lo que yo creía y podía tener un gran futuro junto a mi hijo.
En el tiempo que estuve allí, maduré personalmente.
Mi hijo Mario pasó sus primeros meses rodeado de familia porque, si tengo algo claro, es que para mí, esta casa y las personas que formaban parte de ella, han sido y serán mi familia y eso nos hace muy felices.
Siempre les estaré agradecida por todo lo que han hecho por nosotros.
Un beso enorme.
ANA