Miguel María
11 mayo, 2021

Testimonio de Miguel María

Voluntario

El Centro Ave María desde los jóvenes de los IES públicos

Mi presencia se resume los sábados de improviso invadiendo la casa con alumnos de la ESO y Bachiller de los institutos donde trabajo , cercenando su finde sagrado para poderse liberar de sus obligaciones académicas enclaustrados en esa nube del día  a día que lo hace vivir una vida paralela a la vida real…

Por eso el encuentro con el Centro Avemaria es para ellos un baño de realidad, que son unos privilegiados que no se han dado cuenta de ello …que tienen una familia que los acoge y les ha enseñado a querer y a quererse …por ello la mayoría no entienden que pueda existir esta realidad donde la vida te lleva a tener que aprender a ser madre , pero sobre todo a ser persona…

Mis alumnos vienen movidos por el testimonio de otros compañeros que han venido a conocer la casa y vivir la experiencia de encontrarse con niños donde sus madres han experimentado toda una odisea para poder y querer tener al bebe que han conocido en la ludoteca y que bajo otras circunstancias no hubiera podido nacer …esto a las chicas les hace abrir otra opción mutilada por el bombardeo social , de las redes sociales , de asignaturas estudiadas que no solo cabe la opción del aborto sino de afrontar las consecuencias de una efervescencia hormonal …y a los chicos de cuestionarse de donde están los varones cuando se juega la vida del niño y de la madre…

Es un golpe de realidad …aterrizar a la cruda realidad …pero dar esperanza que hay otras salidas y opciones…

Mis alumnos notan la vitalidad y movilidad de esa casa …la ropa clasificando , el mercadillo disponible ,las educadoras inquietas , cubos , fregonas , voluntarias en la ludoteca ….cada uno en su lugar para que la maquinaria siga funcionando …pero precisamente es lo no visible lo que más les impacta : el por qué de mujeres que se preocupan por otras , el para qué de tanto sacrificio de personas e  instituciones , la atmósfera de familia cuando recorres la casa y la felicidad que desbordan los niños como ajenos a la tragedia que les ha precedido cuando entras en la ludoteca …presencia de Dios como madre…

Por todo ello me parece el Centro Avemaría una escuela de vida : una pequeña vivencia diaria de la Pascua, de muerte, a lo negativo que las madres han vivido y de resurrección  a una nueva forma esperanzada de existir.

Miguel María Ermina Irazabal, Profesor de los dos IES en Béjar

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