Testimonio de Castori
Voluntaria
Soy una de las voluntarias que forman parte de esta gran familia. Mi colaboración con la casa se remonta hace unos años atrás, después de haber estado en otro tipo de voluntariado se se me dio la oportunidad de desarrollarlo esta vez donde en tantas ocasiones había pensado, el centro materno infantil y nunca entré para unirme a su labor, reconozco que porque pensaba que no sería capaz pues no tenía ni formación ni experiencia con el trato directo con niños y mucho menos con madres tan jóvenes. Lo que tenía claro es que como mujer madura y que por circunstancias personales no había podido ser madre, sentía que tenía un montón besos, caricias, abrazos, mimos y que tenían que salir de mí, no me lo podía quedar y que mejor que repartirlo entre estos niños/as. Así es que todos los jueves soy feliz abrazando, achuchando, queriendo, quitando mocos… y jugando al corro de la patata.
Si…. soy voluntaria, pero más que darle yo a ellos sin duda recibo yo mucho más. Esporádicamente y por la confianza que tengo con las personas que están al frente de esta casa, suelo participar en otras necesidades que se les presentan y es importante involucrarse.
Acabaré diciendo que si bien es cierto que dentro de la casa se vive todo como una gran familia, no es diferente cuando alguna mama con su niño/a logran sus objetivos y autonomía y seguimos viéndonos en la calle, en el bus y sigue existiendo ese aprecio y cariño, todo fruto de los momentos compartidos que creo y siento que es mutuo.